sábado, 15 de marzo de 2014

Aceitunas verrugosas

Las aceitunas con verrugas suelen estar provocadas por unos ácaros imposibles de ver a simple vista que se alimentan de los órganos verdes del olivo.



Hay olivares que presentan aceitunas con verrugas o tumores, anormalidades que si bien no parecen influir en la cantidad o calidad del aceite obtenido, sí son importantes cuando los frutos se destinan a su consumo como aperitivo, ya que dichas anormalidades inciden negativamente en su calidad y, consecuentemente, en su valor económico.

Generalmente, estos síntomas están causados por diversos ácaros Eriophyidae: Aceria oleae Nalepa , Aculops benakii Hatzinikolis, Aculus olearius Castagnoli, Oxycenus maxwelli Keifer, Tegolophus hassani Keifer y Shevtchenkella oleae Bagdasarian, ácaros que no se pueden ver a simple vista debido a su tamaño microscópico; aunque también se han asociado estos tumores con el virus  Strawberry latent ringspot virus (SLRSV), el cual es transmitido por nematodos.

El azufre ha  demostrado ser un buen específico contra las plagas de ácaros y su eficacia aumenta cuando se aplique mediante espolvoreos, tratamientos que se deben hacer a partir de la aparición de los frutitos.

El control de los nematodos vectores del virus SLRSV es recomendable hacerlo en los viveros, teniendo la seguridad de que las plantas adquiridas para realizar la plantación estén certificadas como libres de virus.

José Del Moral De la Vega

martes, 25 de febrero de 2014

Hylesinus toranio un peligroso xilófago del olivar

El barrenillo del olivo (Hylesinus toranio) está produciendo actualmente importantes defoliaciones de los olivares.

Desde hace algunos años se viene observando la formación de plagas de Barrenillo (Hylesinus toranio. Danthoine 1788) en comarcas olivareras de Badajoz, existiendo enclaves con más del 40% de su vegetación afectada.
Este Barrenillo es muy peligroso porque, a diferencia del Barrenillo común del olivo (Phloeotribus scarabeoides Bern 1788), sí elige ramas vigorosas para desarrollar su parasitismo. 
En Extremadura hemos determinado los parasitoides Eurytoma morio (Boheman 1836) y Cheiropachus quadrum (Fabricius 1787) que limitan el desarrollo del H. toranio; pero esas poblaciones aparecen algo antes que el Barrenillo, justo cuando los olivareros suelen dar tratamientos primaverales contra el Repilo y a los que suelen añadir un insecticida sospechando que ello es eficaz contra las plagas de Barrenillo, pero dado que en ese momento no hay barrenillos volando y sí parasitoides,  lo que se produce es la exaltación de la plaga.
Si pinchas en el siguiente vínculo podrás descargarte un poster sobre el tema, presentado en Vegetal world en octubre de 2013.

viernes, 14 de febrero de 2014

LA RABIA DEL GARBANZO

La Rabia del garbanzo es una enfermedad que durante muchos años fue un terrible enemigo de los agricultores al arruinar las cosechas de esta leguminosa. 

El mes de febrero es el mes que, por san Valentín, celebramos el amor. ¿Se puede relacionar la enfermedad de un vegetal con el amor? Parece que sí.  Si pinchas en este vínculo lo puedes comprobar

Texto y figura originales de José Del Moral De la Vega

sábado, 25 de enero de 2014

CONTROL DEL GUSANO CABEZUDO (CAPNODIS TENEBRIONIS L. ) DE LOS FRUTALES

Melocotoneros con síntomas de estar parasitados por el Gusano cabezudo (Capnodis tenebrionis)

Los árboles que cultivaban nuestros abuelos para producir fruta se regaban por inundación del suelo que rodeaba el tronco, zona en la que se solía construir un alcorque para mejorar la infiltración.
Esa técnica agrícola, como cualquier otra, tiene ventajas e inconvenientes. Entre las primeras: la inundación del suelo con agua limita o incluso anula el desarrollo de numerosas especies de insectos, como el coleóptero Capnodis tenebrionis (Gusano cabezudo); entre los inconvenientes: el consumo de agua es excesivo.
El agua es un bien muy limitado y la ingeniería agraria ha sido capaz de diseñar nuevos procedimientos de riego mediante “goteros” que producen un ahorro significativo de agua, lo que ha propiciado que los sistemas de riego por goteo se hayan impuesto, mientras que los tradicionales han desaparecido; pero con ellos también ha desaparecido la protección que proporcionaban contra determinados insectos del suelo formadores de plagas.
Actualmente, en muchas comarcas dedicadas al cultivo de frutales, principalmente de hueso, las plagas de Capnodis tenebrionis son un azote difícil de controlar, plagas que están propiciadas por los nuevos sistemas de riego.

Este es un ejemplo más de la íntima relación que liga la fitotecnia de un cultivo con la sanidad del mismo.
Larva de Gusano cabezudo (Capnodis tenebrionis) incrustada en la raíz de un árbol

Figs. y texto originales de José Del Moral De la Vega

lunes, 13 de enero de 2014

EL TIZÓN DEL TRIGO


Grafito de una espiga mostrando los síntomas del Tizón.

En 1882, Koch comprobó la relación entre Mycobacterium tuberculosis y la tuberculosis, gracias a lo cual estableció su importante postulado; pero mucho antes, en 1807, Prevost había determinado la correspondencia existente entre el hongo Tilletia caries y la enfermedad del trigo conocida como Tizón, prueba de que hasta el siglo XIX, los conocimientos de Medicina vegetal iban a la par, o incluso adelantados a los de Medicina humana.

La historia de nuestra civilización y la del trigo van de la mano, sin que sepamos muy bien cuál de los dos, hombres o plantas, tomaron la iniciativa de caminar juntos. Pero acompañando al trigo vienen también unos hongos entre los cuales se encuentran diversas especies del género Tilletia, microorganismos que provocan enfermedades en los trigales, y a las que los labradores dan el nombre de “Tizones, Caries o Carbones”, debido al color negro que adquieren los granos, rellenos de esporas del patógeno.

Las esporas de estos hongos se encuentran en el suelo o adheridas a la cubierta de las semillas. Cuando éstas se siembran, el hongo germina e infecta los tejidos de la planta. Durante el desarrollo del cultivo la  planta  no muestra  síntoma  alguno de la  enfermedad, pero cuando aparecen las espigas podemos  comprobar, en las espiguillas, que los granos de trigo no son tales, sino que, realmente, son bolsas negras repletas de esporas del hongo. Y si aplastamos un grano entre los dedos nos mancharemos de un polvo negro, constituido por las esporas del microorganismo, y con olor a pescado podrido debido a la trimetilamina que contiene.

La forma de evitar la aparición de esta  enfermedad es fácil, eficaz y barata. Consiste en impregnar las semillas que se vayan a sembrar con un fungicida específico. Los formulados a base de mancoceb han demostrado ser eficaces. 

Semillas de trigo afectadas por el Carbón y, sobre las mismas,  una espiguilla desprendida de una espiga mostrando el falso grano que contiene.

Esporas del hongo Tilletia foetida, causante del Carbón del trigo, vistas al microscopio.

Figs. y texto de José Del Moral De la Vega